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“Virgen de los Ángeles”, Diego Valentín Díaz, c.1615, Iglesia de San Miguel y San Julián, Valladolid

(1615/ca) - Valladolid, Church of San Miguel y San Julián.
instrument: [ensemble] | century: 17cent/1/early | catalogue nº: 17-124

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Artwork

Creator Díaz, Diego Valentín

Medium Artwork: Painting

Location

City Valladolid | Region Castilla-León | Old kingdom Castile

Characteristics
Body Waisted Strings Neck Long Pegbox Flat rectangle
Bridge Obscured Frets Yes Back Flat Pegs Rear
Technique Plucked fingers thumb in
Commentary

ARTWORK
“Virgen de los Ángeles”. Oil on Canvas. Diego Valentín Díaz ((Valladolid 1586-Valladolid 1660). 246 x 206 cm. Iglesia de San Miguel y San Julián (Valladolid). The extensive commentary on the artwork by Juan José Martín González and Rosario Alvarez (gonzalez1992, 244-245) is reproduced in full below in Spanish. Some of the names given to the instruments by Martín González, an art historian not a musicologist, is incorrect. He refers to the vihuela de mano as a “guitarra” for example.
These instruments should be compared in another painting by the same artist, 17-123

INSTRUMENTS
The painting includes 5 instruments relevant here. These are catalogued individually, as follows:
• 17-124a vihuela de mano (lower left)
• 17-124b vihuela de arco (lower left)
• 17-124c lute (lower right)
• 17-124d lute (centre left)
• 17-124e vihuela de arco centre right)
Refer to the individual entries for more detail.

COMMENTARY ON THE PAINTING
(1) By Juan José Martín González, (gonzalez1992), pp. 244-245:
[244] Sin duda es pintura procedente del fondo que existía de la iglesia [S. Miguel] cuando fue templo de la Compañía de Jesús, de la advocación de San Ignacio- Tras la expulsión de los Jesuitas, la iglesia pasó a desempeñar el uso de la parroquia de San Miguel.
El tema es el de la Virgen de los Angeles, que figura en el repertorio iconográfico local a través de otros ejemplares. El objetivo es la exaltación de la Virgen en su función maternal. Ocupa el centro del lienzo. Se halla sentada, pero sin trono, en el espacio. Mantiene los brazos extendidos y las manos abiertas, con la mirada dirigida hacia el Niño, que reposa sobre su regazo. Este descansa sobre sabanilla blanca, adornada con orilla de encaje. El Niño corresponde gozosamente al cariño de la Madre. En torno de la Virgen se disponen ángeles. Un grupo se sitúa a los pies, como trono. A los lados hay ángeles de busto, pues el cuerpo se sumerge entre nubes.
La composición responde a una fórmula, con aspecto de imagen de devoción. La Virgen ocupa el centro de la composición. La ordenación de los grupos es simétrica. En la parte superior se halla el Padre Eterno, que trasmite las gracias hacia la Virgen por medio del Espíritu Santo. Un coro angélico se desplaza hacia la Virgen, entre resplandores. Tres coros angélicos se despliegan desde la parte superior. En forma de curva se dispone el primer grupo, formado por ángeles arrodillados sobre nubes, en actitud de cantar. El segundo grupo divide horizontalmente el cuadro. Los ángeles se hallan sentados; tocan flauta, laúd y viola o entonan cánticos. /
[245] En la parte inferior, de pie y sobre tierra, aparecen cuatro ángeles, vestidos suntuosamente. Llevan túnicas y capas, todas diferentes. Orla la cabeza una corona de flores. Tocan arpa, laúd, guitarra y violín. Los instrumentos están minuciosamente descritos. El suelo aparece sembrado de flores. Están emparejados y enfrentados, dejando un vacío central, por donde discurre un río después de atravesar un puente sobre el que descuella un edificio.
Es un himno a la Virgen, entonado por multitud de ángeles, que cantan y tocan música. La acción se desarrolla en el cielo, pero la composición arranca de la realidad del mundo, un paisaje poético cuajado de flores.
El dibujo es apurado, como obra inspirada en principios del manierismo. El colorido se acopla a la linea. La iluminación se imparte a favor de lo descriptivo. El cuadro se atiene a principios renacentistas.
El lienzo puede situarse dentro de la producción de Diego Valentín Díaz, en su primera época, de carácter manierista. Base para su asignación al pintor es la clasificación como obra de Diego Valentín Díaz, del cuadro de Cristo vestido de Jesuita, del mismo templo, que hicieron Urrea y Valdivieso (”Aportaciones” 1971, p. 365). Los coros de ángeles y los ángeles que hayal pie de Cristo son análogos a los que figuran en el Cuadro de la Virgen de los Angeles. La fecha la establecen hacia 1615, y es la que conviene al cuadro de la Virgen de los Angeles. Los dos cuadros tienen marco de piedras y gallones, peculiar en el primer tercio del siglo XVII.
Y se refuerza la atribución, porque se considera obra indudable de Diego Valentín Díaz una Virgen de los Angeles que preside el retablo de la capilla de los Maldonado, en la iglesia de San Andrés de Valladolid. Es pintura de un estilo ya más maduro. Valentín Díaz elimina el carácter descriptivo. Reduce el cortejo angélico y potencia la imagen de la Virgen. Las luces son ya de interior, más sombrías; el dibujo se difumina, en beneficio de la atmósfera, que se hace espesa. Esta pintura puede fecharse hacia 1630, en atención a que la escultura se contrata con Francisco Alonso de los Ríos en 1631 (Urrea 1972, p. 359). Asimismo hay que recordar que Valdivieso considera de estilo de Diego Valentín Díaz un cuadro de la Presentación de Jesús en el Templo, del Museo Nacional del Escultura, en la que hay cuatro ángeles músicos, que responden a los que hay en el cuadro de la Virgen de los Angeles de la iglesia de San Miguel (Valdivieso 1971, lámina XXIX).
Y existe otro lienzo de la Virgen de los Angeles, en la iglesia de San Felipe Neri de Valladolid, también de la madurez de Diego Valentín Díaz.
Bibliografía
E. VALDIVIESO: La pintura en Valladolid en el siglo XVII, Diputación Provincial, Valladolid, 1971, p. 142.
J. URREA y E. VALDIVIESO: «Aportaciones a la historia de la pintura vallisoletana», BSAA, tomo XXXVlI, (1971), pp. 353-384.
J. URREA: “El escultor Francisco Alonso de los Rlos”, BSAA, tomo XXXVIII (1972), pp. 355-369.
J. J. MARTíN GONZÁLEZ y J. URREA: Monumentos religiosos de la ciudad de Valladolid. Catálogo Monumental de la Provincia de Valladolid. Tomo XlV, primera parte, Valladolid, 1985, pp. 52, 120 Y 299.

(2) Commentary on the painting by R[osario] A[lavarez].
[p. 244] [plate] 159.—Instrumentos y voces, perfectamente distribuidos en varios coros de ángeles, se entremezclan para cantar las alabanzas a María, en la que el protagonismo recae sobre esta multitud de ángeles músicos.
Aunque todos los instrumentos son identificables, muestran ciertos rasgos y peculiaridades que los alejan de la realidad. Su autor nos ofrece una interpretación según su propia visión.
En la parte media hay un laúd, un órgano positivo, una flauta recta y un violoncello. En la inferior y a mayor escala se distribuye una viola da braccio, una vihuela, un laúd y un arpa.
Los laúdes presentan cajas ovales y no almendradas, mangos muy largos y uno de ellos exhibe unos oídos en forma de llama, como el de las violas da gamba. En cambio, el rosetón, la varilla-cordal y el clavijero doblado en angulo sí que son elementos típicos del laúd renacentista.
La viola da braccio y el violoncello muestran unas marcadas escotaduras en forma de C, largo mango y clavijero doblado en ángulo como el del laúd y no ligeramente recurvado hacia atrás y con talla como era lo habitual en ellos. Además de los dos oídos en f, que la viola duplica, muestran rosetones calados como el del laúd. Carecen de cordal y las cuatro cuerdas que tienen ambos terminan en una estrecha varilla, después de pasar por un puente erróneamente situado. Por el contrario, la postura de ejecución del violoncello es la correcta, con la palma de la mano hacia arriba al coger el arco y el instrumento entre las rodillas.
La vihuela de mano muestra su contorno ligeramente entallado, su largo mango con trastes, la varilla-cordal y posiblemente las seis cuerdas. El rosetón queda oculto por la mano que pulsa las cuerdas. Es, quizás, el cordófono que más se ajusta a la realidad en esta pintura.
El arpa diatónica es la típica de fines del Renacimiento, con abultada caja de tronco de pirámide, oídos en la tabla, curvada columna y clavijero rematado por dos volutas. Sin embargo, la dirección de las cuerdas es errónea, ya que una parte de ellas va a parar a la columna.
El pequeño órgano muestra una sola hilera de tubos labiales, de longitud decreciente, yel tecladillo. Es muy sencillo y esquemático.
Por último, la flauta recta O flauta dulce, así llamada por su delicado timbre, es la propia del Renacimiento, con un tubo estrecho, que disminuye de ancho hacia su final, en la proporción 5:]. Carece de pabellón. Se aprecian algunos de sus agujeros y el corte en bisel.
R. A.

Reproductions

Bibliography