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Que por esto san Pablo, tratando de los dones que dio el Spíritu Sancto, los fue dividiendo como quería, dando a unos spíritu de profecía, a otros de consejo, a unos hizo evangelistas y a otros doctores, sin consentir que nadie se entremetiese en el spíritu ajeno. Que en confirmación de esto vido san Juan muchos sanctos que delante del Cordero estaban, tañendo cada uno en su instrumento: Citharoedorum citharizantium in citharis suis. Bueno fuera que al que le enseñaron a tañer en una vigüela por ese [Página 939] propio caso piense que ya tiene sciencia para tocar órganos, y al que sabe tañer campanas ya piense que sabe tañer arpa. Cada uno ha de tocar su instrumento conforme se lo pusieron en las manos y dejar el ajeno